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27 dic 2012

Solo a su lado

Y lo bonito que se ve Madrid contigo, ¿Qué?

Jueves 27 Diciembre 2012

Muchas veces he paseado por las calles de Madrid, muchas veces he quedado allí con amigos, he ido con la familia, mis abuelos me llevaban a ver Cortilandia todos los años, con el instituto he estado de escursion por Madrid, pero nunca me había fijado en lo bonito que es Madrid en realidad, nunca hasta que fuí con ella.
Siempre he visto Madrid como un sitio más, un lugar grande, llena de calles, muchos coches y mucho ruido. Es imposible comer en condiciones, siempre vas con prisa, la gente muy antipática, y si te pisan, ahi te quedas que ni perdón ni nada. Todos los coches pitando, impacientes por pasar, que aunque el semaforo esté en verde para los peatones, tienes mas peligro que si estuviera en rojo. Es orroroso pasear por Madrid, siempre lo he dicho, hasta que fuí con ella.
Quedamos desde por la mañana, para estar todo el día. Subí al bus, para ir a Parla, cogí el tren hasta Sol, pero me bajé en Central para recogerla. Juntos desde la salida del tren, hasta llegar arriba, a las calles de Madrid, paseamos todo el día, por el Retiro, la Gran Vía, estubimos en Sol viendo la gente disfrazada y caminamos por muchos callejones. Todo el día a tu lado, pasamos por las calles, y eran las más bonitas que había visto nunca, pero me acordé que ya habia estado antes, paseando y viendo cosas con mis padres, pero me pregunté: ¿eso estaba? ¿y eso? ¿no me acuerdo de esto?
Por el Retiro, monte en las barquitas con ella, el agua estaba más limpia que nunca, el trompetista del banco cerca del chiringuito de helados, tocaba mejor que nunca, el cesped estaba más verde que en primavera, y eso que era invierno, la calle parecía nueva, nada de basura por la calle, los mendigos habían desaparecido, o no me percataba de su presencia, la gente estaba especialmente simpatica, muchos por la calle con el cartelito de: "Abrazos gratis", los coches estaban contentos, te dejaban pasar tranquilamente, sin prisa. Paramos por la tarde para tomar algo calentito en el Starbucks, creo que no había probado algo tan bueno, como aquel chocolate caliente.
Ya estaba anocheciendo, pero cuando parecia que ya las calles iban a quedar oscuras, y no volvería a verlas tan bonitas como esta mañana, de pronto, se encendieron las farolas, las luces de Navidad, el árbol de Sol, y me enamoré, me enamoré de Madrid, deseaba volver a ver esa ciudad que nunca me había dado cuenta de lo preciosa que era. No me quería ir de alli, pero tenia que dejarte en casa, o tus padres me mataban.

Pasó el tiempo, y quise volver a Madrid, volver a disfrutar como la última vez, pero esta vez tu no pudiste venir, aun así cogí el tren a Madrid y pasé el día por allí.

Recordarme no volver nunca, nunca, a Madrid, si no es con ella, porque Madrid es Madrid, solo a su lado.


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