"Vuelve a casa"
Una mañana, antes de la primera luz del día, tú ya no
estabas en tu lado de la cama, te fuiste lejos, como amenazaste la noche
anterior, muy lejos de aquí. Me dirigí al acantilado, tan alto y peligroso, mi
rostro triste y desolado explicaba mis ganas de lanzarme al vacío. Pase muchas
horas ahí arriba, en el borde, asomado al mar, mirando como rompen las olas
contra las rocas de aquel alto lugar. Ella no volvería, jamás o al menos yo a
ella ya no le importaba. El sol ya estaba en lo más alto del cielo y mis ganas
de lanzarme sobre el furioso y acrecentado mar crecían.
Poco a poco las distancia entre mis pies y el borde del precipicio
se acortaba, mi respiración se aceleraba y no había vuelta atrás, la decisión ya
estaba tomada, no existía nada que pudiera cambiar de opinión, este era el fin
de mis días.
Antes de precipitarme al vacío, que pondrá punto y final a
mis problemas, mire al cielo por última vez y un milagro sucedió. Una avioneta
publicitaria, que hacia su ronda cerca de la costa, llevaba un mensaje en su
estela que decía lo siguiente:
“Amor, Vuelve a casa”
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