¡Al agua patos!

Un día en la piscina

Viernes 11 Enero 2013

Ya se que estamos en invierno, pero agradecereis este relato de verano.
Todo ocurrió en el posiblemente día más caluroso del mes y como cualquier persona decente, pasamos el día en la piscina. Agua, cremita, sol y una siestecita después de comer. Esto era una mañana, en Fuenlabrada, si la memoria no me falla, piscinas grandes, pero no solo una si no que hay unas cuantas, desde abiertas hasta cubiertas, desde profundas hasta para niños pequeños, y si te hartabas de agua podías echarte al césped a tomar el sol.
Pues el día pintaba bien desde por la mañana, preparamos el campamento, estiramos las toallas en el suelo, cremita para el cuerpo, y para no precipitarnos tan pronto al agua, jugamos a un juego de cartas. Después de ganarla tantas veces, nos fuimos para el agua a nadar un rato.
Ella decía que nada bien, pero era mentira, nadaba a un estilo nuevo, uno que ella había inventado... el estilo "pato". Yo te miraba y no podía parar de reír, intentando no ahogarme, pero tu directamente de hundías y tenía que ir yo, encantado, a salvarte.
Después de una carrera a lo largo de la piscina mas grande que había, al estilo "pato", que te gané, nos salimos del agua para comer algo y coger fuerzas para volver al agua.
Cogimos las mochilas de nuestro improvisado campamento y nos fuimos a los merenderos para pasar un agradable rato en paz comiendo, pero aquello no era ni mucho menos un lugar en paz, parecía la guerra, con cualquier cosa que cogíamos, servilletas, papeles, trozos de comida, no era normal, pero las risas no nos las quitaba nadie. Los dos más locos de toda la piscina, sin duda alguna, pero que le vamos a hacer si estamos hechos el uno para el otro. Mientras seguíamos en nuestra batalla campal, decidimos una tregua, y después de llenar el estómago, a tumbarse en las toallas y dormir la siesta, aunque nunca llegáramos a dormirnos.
Ella, parecía que si, cerró los ojos, escuchaba música y mientras descansa en su toalla, al otro lado de mis manos, empecé a observarla.

Su pelo húmedo con algunas gotillas aun bajando, que miraba aquellas gotas y lo normal, un poquito de agua, el sol y ves el arco iris  Aveces miraba para un lado, el contrario a donde estaba yo, y claro no podía verla la cara pero otras veces miraba, con los ojos entreabiertos, su mirada y la mía se cruzaba y no podíamos evitar sonreír   Yo esperaba a que se durmiera para poder cogerla y lanzarla al agua, si, es un poco malvado, pero no la obligaba a dormirse, para poder lograr que se durmiera cogí su brazo y empecé a dibujarle con mi dedo, hacerla cosquillitas de las que le gustan. Un buen rato allí echados, yo a tu lado y tu al mio. Pasó ya la hora de la siesta, yo quería que se levantara, asique unas cosquillas bien echas lograron levantarla, y una vez ya conseguido, al agua derechitos, y una vez allí la tiré. La cogí en brazos, y nos zambullimos los dos a la vez en el agua. Mientras nadábamos, sin que te dieras cuenta, buceaba hacia tus pies, y tiraba de ellos abajo.

La tarde fue genial, a tu lado, pero llegó el momento, el peor momento... la despedida, o eso creía yo, porque cuando vinieron a buscarme, tú venias conmigo, en el coche, y justo antes de que te bajaras y te fueras a casa, me quedé contigo un rato más. Un rato que aprovechamos para dar una vuelta. Pero el momento era inevitable, despues de dar la vuelta, nos despedimos. Y así acabó el perfecto día en la piscina.

Pd:"Recuerda que si te duermes, te cogeré y te lanzaré al agua. Yo te esperaré, nos sentaremos juntos en el bordillo de la piscina, y demás frases que seguro que recuerdas."