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23 dic 2012

Burbujas de amor

Dedicado a Manfred

Domingo 23 Diciembre 2012

Cada Mañana, Lyss, se despierta y lo primero que hace es mirar su pecera, a ver cómo está Manfred. Camina todas las mañanas hacia la cocina, abre la nevera, y coge una loncha de jamón de York. Lyss cada mañana le da de comer, no hay ni un solo día que no le falte comida. Cada vez que ella le echa la comida, Manfred enseña sus dientes, intentando sonreir, y ella le entiende. Cuando acaba de zamparse su trozo de jamón, empieza a hacer burbujas, muchas burbujas.
Lyss vuelve de clase a la tarde, y sube corriendo a su habitación para saludar a Manfred, y darle la merienda, este repite su ritual de sonreirla, y mandarla besitos en forma de burbuja. Ella pasa toda la tarde en su cuarto, estudiando, mientras Manfred la mira, y golpea el cristal con su morrito, reclamando un poquito de atención. Al final siempre lo consige, Lyss se acerca a la pecera y le regala una sonrisa, Manfred parece contento con ese simple gesto, pues nada mas verla sonreir, comienza a hacer burbujas y burbujas.
Manfred era feliz, en su pecera, la foto de Lyss frente al cristal, para cuando la eche de menos, nunca le falta la comida, y Lyss le da mucho cariño.
Pero la felicidad de Manfred un día se acabó, cierta mañana como era normal, Lyss se preparaba para ir a clase, dió de comer a Manfred, se despidieron, y como era normal Manfred le lanzo unas burbujas para hacerla sonreir. Lyss se fue, y el pez se quedó, como siempre, observando aquella fotografía. Llego la tarde, y algo dentro de Manfred le decía que ya era la hora en la que Lyss entraba por la puerta, pero esta vez, no fue así, tradaba mucho, Manfred comenzo a desesperarse, y a dar vueltas por la pecera. Al poco rato comprendió que otras veces, ya le había pasado, que Lyss se había ido de vacaciones por unos días, pero que siempre regresaba, asi que el pez se calmó. A la mañana siguiente apareció por la puerta de Lyss, su hermano, Locke, para darle el desayuno al pez. A Manfred le descuadró un poco, siempre que se habían ido de vacaciones, había venido la abuela Tati a darle de comer, pero Locke, nunca.
Manfred se comió su lonchita de jamón, sonrió a Locke, pero este no le devolvió la sonrisa, Manfred empezo a hacer burbujas, pero el rostro de Locke no cambió, estaba apagado, sin felicidad alguna, algo pasaba, algo que a Manfred se le escapaba.
Pasaron los días, las semanas, y Lyss no volvía, y peor aun, Locke no sonreía, aveces le quitaba a Manfred, su fotografía de Lyss, y se ponia a llorar, como si algo malo la hubiera pasado. Un día vinieron todos, a la habitación de Lyss y se llevaron todo lo que había, todo, entonces Manfred lo comprendió, Lyss jamas volvería, se ha ido para siempre.
Cuando Locke, se iba a llevar la pecera, para llevarsela a su habitación, Manfred enpezó a volverse loco, a darse golpes contra el cristal, quería verla, queria volver a ver sonreir a Lyss. El pez cada vez se golpeaba mas fuerte, y empezó a hacer burbujas, muchisimas burbujas, no paraba, la pecera se llenó de burbujas por todas partes, Manfred no se cansaba de hacer burbujas, y cada vez las intentaba hacer mas grandes, Locke intentó pararle echandole algo de comer, moviendo un poco la pecera, comprendía que si seguia iba a morir, pero Manfred no paraba, estaba dispuesto a seguir hasta que Lyss volviera, estaba dispuesto a morir.
No tardo mucho en decaer Manfred, pues ya no le quedaban fuerzas, y Locke asustado vió como echaba su última burbuja, y mientras Manfred caía hacia el fondo, Locke se percató de que todas las burbujas juntas, formaban un corazón.


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